domingo, 18 de octubre de 2015

El legado de Albert Ràfols Casamada y María Girona

Para introducir el tema, empecemos por ver este breve vídeo.


Bueno, hablamos nada menos que de Albert Ràfols Casamada y Maria Girona, un matrimonio de pintores maravillosos que, además, han creado escuela, no en vano están entre los fundadores de la escuela EINA, en 1967. Ambos recibieron en su día la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya, claro que ese es un distintivo que, salvo Gran Uribe y otros cuantos, tiene casi todo el mundo por estos lares. Sin embargo, no se dedicaron a lamer el culo en los cenáculos oficiales y quedaron totalmente relegados en esas instancias, como ha quedado patente después.

María Girona falleció el día 8 de marzo, tal como dejamos reflejado en este blog. Aunque el asunto es bastante confuso (y sórdido), parece ser que los herederos —sus sobrinos— no supieron dar la importancia que tenía al contenido del piso en que vivía el matrimonio y renunciaron a cederlo a la Fundació Ràfols Casamada-Maria Girona, en Capellades, quizá porque aquello es un caos y la administración no da ni un duro ni siquiera para restaurar el edificio en que está situada.

El caso es que —a la brava— llamaron a una empresa vacíapisos y al final todo aquello apareció de mala manera este verano en Els Encants, en la parada de los magrebíes Mohamed Essafi y Jamal Graia.

El susurrante Mascarell negocia el precio del contenido del piso de Ràfols Casamada y María Girona en un puesto de Els Encants, de Barcelona
Un buen conocedor de su obra lo vio por allí y compró el primer lote por cuatro chavos. Cuando se enteró del asunto por la prensa, el susurrante conseller Mascarell fue a negociar la compra de la segunda partida. Sin embargo, Mohamed Essafi pedía 5000 euros y eso le pareció demasiado a Mascarell (ese dinero lo dilapidan con creces en cualquier sarao indepe), con lo que ese lote (compuesto por cuadros, litografías, bocetos, paletas de pintura, libros, documentos personales, etc.) lo ha acabado comprando un sujeto llamado Enric Casanovas y ahora lo está empezando a subastar al mejor postor.

Crónica Global nos lo explica así:
«Sigue coleando el asunto del legado del pintor catalán Albert Ràfols-Casamada vendido en los Encants. Enric Casanovas, el particular que compró en este popular mercado de segunda mano barcelonés un lote de litografías y objetos del pintor, ha anunciado que va a subastarlo próximamente en una galería de la ciudad.
Casanovas ha explicado este lunes que ha tomado la decisión de sacar el lote a subasta después de que varios particulares se hayan mostrado interesados por una parte de la colección. Y después de que la administración autonómica no haya mostrado interés por adquirir las pertenencias del artista. "Yo lo que quiero es venderlo todo junto, y he esperado un tiempo prudencial para ver si la Generalitat se ponía en contacto conmigo", ha afirmado el comprador.[...]


En fin, para qué seguir. Se nota que no es el legado de Lluis Llach o Núria Feliu, pongamos por caso. Y en cuanto a los herederos... ¡qué decir! Se han cubierto de mierda, cosa que es bastante habitual, pero tratándose de gente de tanta trascendencia es casi de juzgado de guardia. En todo caso, una lástima. Suerte que en el nou país, además de comer helado de postre cada día y de que las abuelas ya no tendrán que hacer de canguros, estas cosas dejarán de suceder...

1 comentario:

  1. Al parecer, no sólo a la familia se le tendría que caer la cara de vergüenza. También a la Administración catalana, demasiado "ocupada" en otros menesteres más urgentes...
    El Tapir

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